TEGOYO I
Lanzarote / Espagne / 2014
Architecte : Néstor Pérez Batista
Mayca y Gonzalo propietarios de la finca mostraron su deseo de establecer una nueva relación visual entre las edificaciones existentes y su entorno desde la base del respeto a la cultura del territorio. Con este reto, arranca esta renovación a cargo del arquitecto lanzaroteño con estudio en Berlín, Néstor Pérez Batista. Situada en la Geria, zona vitivinícola conocida por la singularidad de su paisaje volcánico, y al oeste del Parque de los Volcanes y del Parque Nacional de Timanfaya, esta finca combina el programa residencial con la actividad agrícola. El paisaje circundante es el argumento central de este proyecto. Así, uno de los principales retos fue conseguir que la edificación estableciera una relación estrechísima e imprescindible con éste, de modo que una fuera la extensión del otro y viceversa. Los antiguos establos y almacenes se levantan cerca de la edificación principal dando fachada al norte de la finca y dispuesto en dirección este-oeste. Los requisitos de los clientes incluían dos suites, divididas en dos zonas principales: zona de dormitorio - baño y zona de estar - cocina, en una superfice apróximada de 40 m2 cada una. La primera estancia, al oeste, alberga el salón - comedor de 22 metros cuadrados. La segunda, central - oeste, alberga el dormitorio - baño de aproximadamente 25 metros cuadrados. Ambas con una altura de 3,50 metros. Sigiendo la lógica immediata, el programa se distribuye en las estancias ya existentes repartidos a lo largo del eje longitudinal este- oeste de la edificación, cuyas proporciones y alturas se adaptan a su uso específico. Cada espacio se idea de manera individualizada, pero a la vez estrategicamente conectado a sus espacios vecinos y al paisaje, creando así un conjunto. Esta estrategia busca apropiarse de los espacios exteriores y con ello que pasen a ser una estancia más de la unidad residencial. La tercera estancia, central - este, alberga el dormitorio - baño de 20 metros cuadrados. La cuarta, al este, alberga el salón comedor de aproximadamente 25 metros cuadrados, con una altura de 3,80 metros. La composición de huecos intenta crear una cierta ambigüedad sobre que es interior y exterior y al mismo tiempo que las estancias se diferencien a través del paisaje que se construye con sus vistas. El cuidado detallado de aspectos como la iluminación, la geometría espacial, el confort térmico y la privacidad de las estancias permite que la unidad se experimente en su conjunto, proporcionando una gran variedad de condiciones y características espaciales diferenciadas. Los huecos enfatizan la sensación de apertura y transparencia, evitando a su vez romper la continuidad espacial y las relaciones fluidas que se establecen con el paisaje. Los espacios eligen arraigarse en el paisaje, completarlo, al maximizar las conecciónes entre el interior y el exterior, desdibujando una frontera que permite una fuerte conexión con el lugar. Se utlizaron los materiales naturales de la edificación existente y de la arquitectura tradicional de la isla: piedra, madera, barro, cemento, cal y vidrio.
Mayca y Gonzalo propietarios de la finca mostraron su deseo de establecer una nueva relación visual entre las edificaciones existentes y su entorno desde la base del respeto a la cultura del territorio. Con este reto, arranca esta renovación a cargo del arquitecto lanzaroteño con estudio en Berlín, Néstor Pérez Batista. Situada en la Geria, zona vitivinícola conocida por la singularidad de su paisaje volcánico, y al oeste del Parque de los Volcanes y del Parque Nacional de Timanfaya, esta finca combina el programa residencial con la actividad agrícola. El paisaje circundante es el argumento central de este proyecto. Así, uno de los principales retos fue conseguir que la edificación estableciera una relación estrechísima e imprescindible con éste, de modo que una fuera la extensión del otro y viceversa. Los antiguos establos y almacenes se levantan cerca de la edificación principal dando fachada al norte de la finca y dispuesto en dirección este-oeste. Los requisitos de los clientes incluían dos suites, divididas en dos zonas principales: zona de dormitorio - baño y zona de estar - cocina, en una superfice apróximada de 40 m2 cada una. La primera estancia, al oeste, alberga el salón - comedor de 22 metros cuadrados. La segunda, central - oeste, alberga el dormitorio - baño de aproximadamente 25 metros cuadrados. Ambas con una altura de 3,50 metros. Sigiendo la lógica immediata, el programa se distribuye en las estancias ya existentes repartidos a lo largo del eje longitudinal este- oeste de la edificación, cuyas proporciones y alturas se adaptan a su uso específico. Cada espacio se idea de manera individualizada, pero a la vez estrategicamente conectado a sus espacios vecinos y al paisaje, creando así un conjunto. Esta estrategia busca apropiarse de los espacios exteriores y con ello que pasen a ser una estancia más de la unidad residencial. La tercera estancia, central - este, alberga el dormitorio - baño de 20 metros cuadrados. La cuarta, al este, alberga el salón comedor de aproximadamente 25 metros cuadrados, con una altura de 3,80 metros. La composición de huecos intenta crear una cierta ambigüedad sobre que es interior y exterior y al mismo tiempo que las estancias se diferencien a través del paisaje que se construye con sus vistas. El cuidado detallado de aspectos como la iluminación, la geometría espacial, el confort térmico y la privacidad de las estancias permite que la unidad se experimente en su conjunto, proporcionando una gran variedad de condiciones y características espaciales diferenciadas. Los huecos enfatizan la sensación de apertura y transparencia, evitando a su vez romper la continuidad espacial y las relaciones fluidas que se establecen con el paisaje. Los espacios eligen arraigarse en el paisaje, completarlo, al maximizar las conecciónes entre el interior y el exterior, desdibujando una frontera que permite una fuerte conexión con el lugar. Se utlizaron los materiales naturales de la edificación existente y de la arquitectura tradicional de la isla: piedra, madera, barro, cemento, cal y vidrio.